Despido improcedente por hechos que al jefe solo le costaron un ‘toque de atención’

El caso que traigo hoy, es el de un trabajador que acudió a cambiar una puerta metálica junto con otros 3 compañeros más de la empresa, de los cuales uno de ellos era el jefe.

Resulta que una vez cambiada la puerta de metal por otra nueva no se les ocurre otra cosa a los 4 que llevar la vieja a una chatarrería y venderla por 60 euros que se repartieron entre todos.

La empresa se enteró de lo que había pasado y procedió a ‘dar un toque de atención’ al jefe, mientras que a dos trabajadores no les hizo nada, pero a nuestro protagonista, Pedro, lo despidieron por medio del despido disciplinario.

Nuestro protagonista obviamente disgustado impugnó su despido porque no le parecía justo que mientras que a los demás no les había pasado nada, a él lo habían despedido. Aquí lo que parece claro que Pedro no tenía muchas simpatías dentro de la empresa ya que ésta aprovechó los hechos para quitarse de en medio a un trabajador que no gustaba.

¿Qué ocurrió?

En primera instancia, el juez de lo social acabó afirmando lo que parece obvio, que se había producido un trato desigual entre todos los compañeros puesto que mientras a los demás apenas habían sido advertidos, a Pedro lo habían sancionado con lo más grave que es el despido disciplinario (sin derecho a indemnización aunque sí a desempleo).

La empresa recurrió y la Sala resolvió lo siguiente:

Entiende el Magistrado que no es solo que el despido sea improcedente sino que existe una ausencia de gravedad en la conducta de Pedro que no justifica su despido de ninguna forma.

Recordemos que el despido disciplinario como incumplimiento contractual grave, por transgresión de la buena fe contractual y abuso de confianza en el desempeño del trabajo afecta no solo a los trabajadores sino a sus superiores.

Por lo tanto si la propia empresa apenas da “entidad disciplinaria” a lo sucedido por el superior, puesto que como dijimos al principio solo da ‘un toque de atención al jefe’; igualmente a los demás trabajadores que participaron en los hechos apenas les da importancia ya que no fueron sancionados, no es posible que haga recaer toda la culpa en nuestro amigo Pedro, que es tan culpable o inocente como todos los demás.

Es decir, el magistrado va más allá, y entiende que si al que se le exigía un nivel más alto de responsabilidad y confianza que era el jefe inmediato no fue sancionado, con toda la razón no puede ser objeto de despido disciplinario nuestro protagonista. En definitiva, no se ha producido un incumplimiento grave y culpable  de suficiente entidad para proceder al despido de Pedro, y además se condena a la empresa que recurrió al pago de 300€.

¿Y si la empresa hubiera despedido a los 4, sería improcedente o no?

Yo entiendo que en este caso, aplicando el mismo rasero a todos los trabajadores y según el convenio podría haber despedido a los 4 justamente.

¿Volverá Pedro a vender material de la empresa por su cuenta?

Mmm, la naturaleza humana es impredecible, a pesar de estar a punto de perder su trabajo.. no pondría la mano en el fuego por él.

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